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Justas de improvisadores
Antiguamente, una vez por semana, el domingo por la tarde, después de las
vísperas, la gran mayoría de la gente del pueblo se reunía en las tavernas y
sidrerías situadas cerca de la iglesia. Y allí, durante horas, el que poseía
el « don divino » improvisaba unos versos evocando las cosas sencillas de la
vida, cantándolos y siempre con un toque de humor. Esta improvisación
poética alcanzaba su máximo exponente cuando dos bertsolaris se enfrentaban.
En ese caso, un verdadero diálogo se instauraba. Muy frecuentemente, uno
provocaba al otro.
Extracto sonoro : Los bertsolaris
Mattin y Xanpun
en un encuentro
Tema : Mattin tiene el papel de cerdo y Xanpun el de perro- 3min30
(Archivos del Instituto cultural vasco)
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Basarri y Uztapide improvisando en
una sidrería en los años 1960
Testigos privilegiados de su época, admirados y temidos al mismo tiempo,
a estos « divertidores» con talento se les invitaba para que animaran
múltiples manifestaciones públicas y privadas : fiestas patronales, ferias,
mercados, cabalgatas, partidos de pelota, banquetes, bodas, bautizos, etc…
Durante varias decenias, los organizadores de eventos populares han llamado
a dos bertsolaris. Se colocaban en alto, (subidos en una silla, una pared,
un balcón), los dos « oficiantes » animaban el acto como querían. Nadie les
decía lo que debían hacer o decir.
Comida animada por el bertsolari
Sebastian Lizaso
Siendo el público un elemento capital en el desarrollo del encuentro, muy
a menudo se implicaba a los espectadores en el acto… lo cual procuraba a los
improvisadores gran cantidad de temas. Los improvisadores no perdían ocasión
en insistir en temas relacionados con el orgullo o en sacar los colores a la
gente del pueblo que estaba allí para divertirse..
Encuentro de bertsolaris al aire
libre
Este aspecto social y el agradable ambiente familiar de la
improvisación versificada y cantada continúan siendo representados en el
País Vasco, en el que los bertsolaris participan a múltiples actividades
socio-culturales…
Para saber más visiten el portal del centro
de documentación de bertsolaris "Xenpelar" colaborador de nuestro
sitio.
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Los guías
Unos bertsolaris les acompañan en este sitio. A lo largo de su visita:
hagan « clik » en su retrato para descubrir sus comentarios.
Xalbador
"Después de dicho campeonato en San Juan de Luz, Ernandorena organizó
otras festividades del mismo género. A partir de ahí nació una especie de
pasión por la improvisación. La gente empezó a llamarnos para las fiestas de
los pueblos, juergas y otras ocasiones.
Al principio yo iba con Iriarte, pero se cansó rapidamente, y se calló
definitivamente. También yo me pregunté y llegué a decirme que no iría
más.
No ganábamos ni un céntimo, y para desplazarse era todo un lío ya que no
teníamos coche. A veces la gente podía llevarnos pero rara vez podían
traernos. El tren no llegaba hasta nuestro aislado rincón, y en aquella
época era difícil, cuando se estaba un poco lejos, volver a casa.
En casa tuvieron que aguantar mucho a causa de mi insistencia en esta vía
de la improvisación. Todo eso no era demasiado bueno para nuestra
salud".
Amets Arzallus
"En los encuentros, se siente un ligero temblor y algo que te mordisquea
en el interior, pero nunca me supuso un problema.
Lo que puede ser más molesto es sentir esa tensión y que haga frío.
Ves que empiezas a temblar, y a ponerte más nervioso todavía de no saber si
tiemblas de frío o de miedo.
Pero es necesario un mínimo de tensión.
Facilita la concentración y crea una situación que te hace sacar lo mejor
de tí"
Sustrai Colina
"Comencé a improvisar a los ocho años, y a los doce lo dejé para volverlo
a retomar a los quince, en Hendaya. Se había formado un grupo nuevo, con un
profesor nuevo, y progresivamente fuimos también a Oiartzun.
Ahora, tenemos allí nuestro propio grupo y vamos regularmente. Siempre
hemos sido un buen grupo, es la única manera de que una escuela de
improvisación sega adelante. La improvisación es un pretexto. No es
indispensable en la vida, por lo tanto si no estás en un grupo que te motiva
, lo dejarás fácilmente.
Yo no me acuerdo de la primera intervención en público, pero no tengo
ningún mal recuerdo, no me ha traumatizado y es importante. Cuando se ha
sufrido en algún sitio, se te van las ganas de continuar.
Actualmente más que miedo lo que siento es tensión. Y esta tensión es
necesaria. Para improvisar no es bueno estar demasiado relajado. Te faltan
reflejos, y si malo es estar demasiado nervioso, estando demasiado relajado
te puedes encontrar completamente bloqueado. Así que tenso, sí, antes de
empezar, hasta el momento en el que te pones frente al público.
Ese vértigo me gusta. Es un momento extremadamente fuerte"
Miren Artetxe
"Me acuerdo de la primera vez que aparecí en público. Tenía once años fue
en Arrasate, en la final del campeonato inter escolar del País Vasco.
Subí al escenario en pantalón corto… Estaba nerviosa, pero, bien, no
sentía tensión en absoluto. Para mí, la improvisación siempre ha sido un
juego y no he sentido ningún tipo de aprehensión particular. Con el tiempo,
al leer versos que había improvisado, he sentido vergüenza.
Fue una bonita experiencia que pudo ser traumática : a los once
años, encontrarse delante del público, deber improvisar versos, cuando no lo
has hecho nunca, en un campeonato, lo que significa, siendo juzgada,
sabiendo además que todo eso saldría en la prensa … Pero en realidad,
el público fue muy indulgente. Demasiado, quizás. Hasta hoy, siempre he
tenido la imagen de una chica, además pequeña de estatura, y verme así les
bastaba. Debo confesar que , en parte me conviene el hecho que no sean
demasiado críticos, pero al mismo tiempo, estaría bien que se juzgara a
todos por igual.
He obtenido algunos premios : en campeonatos inter escolares, en el
País vasco Norte, el premio Xenpelar, y en septiembre 2004, el premio
Lizardi. El único qu me enorgullece realmente es el último. Esa vez me
dije : éste, ¡ lo has merecido de verdad ! Es la primera
vez que asumo una recompensa"
Patxi Iriart
"Me acuerdo de la primera vez que improvisé. No sé cuando fue pero sí que
debía saludar a Sustrai Colina.
Eramos muy jóvenes y ellos celebraban una sesión de improvisación. Aunque
lo habíamos preparado de antemano, sentí mucho miedo.
Yo estaba con tres amigos que debían hacer lo mismo con otros
improvisadores presentes, y fue muy difícil. Después uno se acostumbra,
menos mal. Después le cogimos gusto.
Todos los años participamos en el campeonato inter escolar, reservado a
jóvenes de menos de 18 años. Una selección eliminatoria tiene lugar en el
País Vasco Norte, y dos o tres de entre todos van a la final.
Participo frecuentemente y nunca es fácil"
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