María Verónica Barzola Buenos Aires, Argentine. 2008-01-15 17:21 Dernière modification: 2008-01-15 17:23 |
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German Hirigoyen: "Imaginaba que iba a pasar calor, que iba a transpirar, que tomaría mucha agua, que iría a la selva. Fue todo eso multiplicado mil veces"
¿Qué hace un vasco-argentino en el Amazonas Peruano?
Hace unos años formamos con gente que tambien pertene a la Facultad de Bioingenieria de la UNER una empresa (IST S.A.) y una fundacion (Fundatel). En relación con el Enlace Hispano Americano de Salud e Ingenieros Sin Fronteras, participamos en diversos proyectos de telemedicina para paises en desarrollo y en esta oportunidad el escenario fue el Río Napo, en el amazonas peruano, cerca de la frontera con Colombia y Ecuador, plena selva.
¿Cómo llega la propuesta del viaje?
La propuesta llega desde EHAS para resolver un problema puntual: colaboración
al diagnostico de malaria (endémica en esa zona). La propuesta nuestra era
probar un sistema prototipo de ayuda al diagnostico de malaria utilizando imágenes
de telemicroscopía óptica. Esto fue un desafío importante, dado que las
condiciones de la selva son muy especiales, alta temperatura, alta humedad,
falta de energía eléctrica, etc. Como base de este desarrollo están los enlaces
que previamente hizo EHAS en la zona, a lo largo de 400 km del río Napo. Hay
una serie de antenas que conforman una red con un protocolo similar al wifi,
con esa red inicialmente se le dio comunicaciones por telefonía IP a zonas
totalmente aisladas y sobre esa misma red nosotros pudimos transmitir las imágenes
y la información de ayuda al diagnostico.
¿Cuál ha sido el equipaje?
Ropa fuerte para soportar lo agresivo del medio, mangas largas para evitar las
quemaduras del sol y sobre todo las picaduras de insectos (como el Anopheles,
transmisor de la malaria), sombrero, remeras de algodón, pantalones largos
cargo, borceguies de treking, perneras protectoras para ofidios, mochilas de 80
litros, repelente especial, botiquín, antimalaricos, equipos de supervivencia,
bolsa de dormir, hamaca, mosquitero, etc etc etc etc etc. En cuanto al equipo técnico
llevamos una notebook en una caja metálica especial, un microscopio trinocular
con conexión usb, ethernet, video compuesto, etc, y cámaras especiales para
adaptar a los oculares de los microscopios existentes en los distintos puestos
de salud de la zona.
¿Qué imaginabas antes de llegar?
Imaginaba que iba a pasar calor, imaginaba que iba a transpirar, imaginaba que tomaría
mucha agua, imaginaba que iría a la selva. Fue todo eso multiplicado mil veces.
¿Cómo has llegado al medio de la selva?
Desde la ciudad de Paraná (Argentina) viajamos en un transfer privado a Ezeiza,
dado que llevábamos mucho equipo. Luego volamos Buenos Aires - Lima, ahí
esperamos unas 4 horas y tomamos el vuelo Lima - Iquitos.
Iquitos es la única ciudad del mundo de su
tamaño (500 mil hab) que no tiene comunicación por carreteras, solo río y
aeropuerto y es la puerta de la selva.
Desde allí, luego de estar 3 días reunidos
con la gente del equipo local, organizamos la entrada a la selva. Salimos a las
5:30 de la mañana en motocarros (vehículos clásicos de Iquitos) hacia el puerto
de productores. Desde allí 45 minutos en lancha por el Nanay y luego el
Amazonas, luego otra vez en motocarro cruzamos una parte de selva hasta el río
Napo, 6 horas más de lancha hasta Santa Clotilde. El pueblo (de unos mil
habitantes) fue donde hicimos base y desde nos internamos más según los lugares
a los que necesitábamos visitar. Estábamos en la selva.
¿Qué te has encontrado?
Me encontré con gente muy agradecida, muy amable, dispuesta siempre a colaborar
y ayudarte, muy humildes. Con un paisaje impresionante, en un clima que se
cobra hasta tu última gota de agua y que se puede cobrar tu vida también por mínimos
errores que pueden ir desde la deshidratación, las víboras, las rayas a las
anguilas eléctricas.
¿Qué es lo que más te ha impactado?
Me impacto como la gente vive el día a día. Varios salen a cazar o pescar para
comer ese día, te ofrecen comer con ellos, en familia, lo que ellos comen:
tortuga, lagarto, sajino, pecari, plátano frito, yuca frita (mandioca)...
Me sorprendió como atienden en los puestos
de salud a la gente que llega con las enfermedades más diversas (desde malaria
y tuberculosis hasta mordeduras de ofidios o lancetas de rayas o con problemas
mínimos) pero siempre con todas las ganas. Fue impactante también ver esas
antenas de 90 metros que se alzan en el medio de la selva entregando wifi alimentadas
con paneles solares dándole comunicación a gente que sin eso permanece aislada.
La forma de moverse solo es por agua, así que cualquier derivación de un puesto
de salud de un pequeño poblado tiene que ser programada muy bien y la red colabora
a que esto pueda concretarse.
¿Cuál es el balance del viaje?
Hicimos prueba de ayuda al diagnostico con imágenes de distintos plasmodiums de
malaria, tuberculosis, heces, etc, todo con éxito, transmitiéndolas a un
experto que podía opinar y colaborar.
También hicimos pruebas transmitiendo imágenes
dermicas y de radiografías, todo siempre adaptado al escenario en el que estábamos.
El trabajo fue un éxito y ahora resta la implementación
en cada uno de los puestos necesarios desde Tacsha Curaray hasta Cabo Pantoja
(frontera con Ecuador) y en el resto de las redes que lo requieran, pero ese será
otro viaje!
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