2009/04/30 13:53:00 GMT+2
Teniendo en cuenta vuestras sugerencias y nuestras necesidades, nos
gustaría mantener esta página durante un rato.
De entre todos los escritos de Javier –columnas de Público, El Mundo,
Apuntes del Natural, Diario de un resentido social…– enviad al formulario de contacto lo que queráis para subirlo al
blog.
____________________________________
La rebelión de Lucifer
Ahora que la jerarquía eclesial vuelve a reclamar el
sometimiento general a la voluntad divina, me viene al recuerdo la réplica
satánica por excelencia: “¿Cómo que si Dios no existiera habría que inventarlo?
¡Al contrario: si Dios existiera, habría que derrocarlo!”.
Satán, príncipe de los demonios, se alzó en armas
contra Dios pese a saber que su guerra era imposible. Dios, infinitamente
perfecto, no podía fallar en la batalla. Ni siquiera podía verse afectado por
arma alguna.
¿Por qué, sabiéndolo, se rebeló Lucifer contra Él,
de todos modos?
Por razones de principio, sin duda.
Siguió el ejemplo de la primavera, que vuelve cada
año a la carga, por bien que sepa que tras ella llegará el verano, y luego el
otoño, y al final otro nuevo invierno.
Satán nos dio el ejemplo: la cuestión no es vencer
–objetivo imposible–, sino no darse por vencido.
La valiente acción de Satán privó a Dios del gozo
absoluto de la absoluta sumisión ajena.
_____________________________________________
(6 de febrero de 2004)
Remitente: ortiz.2009/04/30 13:53:00 GMT+2
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2009/04/29 10:35:46.660 GMT+2
La incineración será hoy miércoles 29 a las 14:30
en el Cementerio de la Almudena.
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El Diablo
sólo está dormido
Lo más hermoso de toda la leyenda de Satán, Lucifer, el
Diablo, el Maligno, Luzbel o como quiera llamársele, es su origen: fue -según
el tradicional relato de la Iglesia católica- un ángel que se alzó en armas
contra Dios.
No concibo rebelión más bella: enfrentarse a alguien que,
siendo la perfección absoluta -que San Anselmo me asista-, jamás habría podido
salir derrotado, y menos todavía perecer.
No hay rebelión más noble que la que nada espera del
combate. El Diablo fue el legítimo predecesor de Prometeo, de Espartaco, de los
Federados de la Comuna de París, de los amotinados del Potemkin, de todos
cuantos en esta vida -o en el más allá, tanto hace al caso- no se han lanzado a
la liza por la ambición de lo conseguible, sino por el radical rechazo, por la
repugnancia hacia lo existente. En aquella desigual pelea, Dios jugó con
ventaja. Nunca me han gustado los ventajistas.
Afirma el papa Karol Wojtyla que el Diablo ha sido derrotado
definitivamente. Me parece que se basa en datos contingentes: Rusia se ha
convertido, es verdad -aunque lo cierto es que nunca fue realmente atea-, y el
comunismo ha fenecido en medio de espasmos agónicos que vienen a confirmar que
en efecto era «intrínsecamente perverso», como decía mi libro de Religión.
Pero la Historia da muchas vueltas. Lentas, si se miran con
la lupa del propio presente, pero enormes, si se observan con el catalejo de
los siglos.
La observación de los constantes meandros de la Humanidad me
hace sospechar -entre otras cosas, porque me gusta sospecharlo- que el espíritu
del Diablo, el Maligno, Satán, Luzbel o como quiera llamársele, y el de
Prometeo, y el de Espartaco, y el de los Federados de la Comuna, y el de los
amotinados del Potemkin, y el de todos cuantos en un momento u otro se han
rebelado contra el Poder sin la menor esperanza, pero con toda la rabia, en
esta vida o en el más allá -que tanto me da, a estos efectos-, no muere ni
puede morir jamás, porque ese espíritu de rebeldía está anclado en lo más
recóndito del alma humana. Quizá no en el de todas las almas, si almas hay,
pero sí en el de algunas, que seguro que las hay.
Se equivoca Juan Pablo II: Satán no ha muerto. Sólo duerme,
como Ulises, el de Itaca, fascinado por el canto de algunas sirenas.
Despertará.
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(5 de septiembre de 1999)
Remitente: ortiz.2009/04/29 10:35:46.660 GMT+2
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2009/04/28 06:00:00 GMT+2
Javier Ortiz ha fallecido
esta madrugada.
Estaremos hoy martes 28 en
el Tanatorio Norte de Madrid (C/ Valdegovia, 8-10. 28034 Madrid) hasta su incineración, el miércoles 29 por la
mañana en el Cementerio de la Almudena.
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Dejó
escrito su propio obituario (24 de enero de 2007).
OBITUARIO
Javier Ortiz,
columnista
Falleció ayer de parada
cardio-respiratoria el escritor y periodista Javier Ortiz. Es algo que él
mismo, autor de estas líneas, sabía muy bien que sucedería, y que por eso pudo
pronosticar, porque no hay nada más inevitable que morir de parada
cardio-respiratoria. Si sigues respirando y el corazón te late, no te dan por
muerto.
Así que en ésas estamos
(bueno, él ya no).
Javier Ortiz fue el sexto
hijo de una maestra de Irún, María Estévez Sáez, y de un gestor administrativo
madrileño, José María Ortiz Crouselles. Sus abuelos fueron, respectivamente, un
señor de Granada con aspecto de policía –lo que tal vez se justifique considerando
el hecho de que era policía–, una señora muy agradable y culta con allure y apellido del Rosellón, un
honrado y discreto carabinero orensano con habilidades de pendolista y una
viuda de Haro casada en segundas nupcias con el recién mencionado, Javier
Estévez Cartelle, del que se derivó el nombre de pila de nuestro recién
difunto. Si algún interés tienen todos estos antecedentes, cosa que dista de
estar clara, es el de demostrar que, en contra de lo que suele pretenderse, el
cruce de razas no mejora el producto. (Obsérvese qué gran variedad de
procedencias se puso en juego para acabar fabricando a un vasco calvo y
bajito.)
La infancia de Javier
Ortiz transcurrió en San Sebastián, ciudad que le venía muy a mano, porque
nació allí. Se dedicó básicamente a mirar lo que había por sus cercanías, en
particular el pecho de las señoras –ahora que ya está muerto podemos descubrir
ese inocente secreto suyo–, y a estudiar cosas tan peregrinas como las ciudades
costeras del Perú, de las que no logró olvidarse hasta su postrer respiro. Los
jesuitas trataron de encauzarlo por el buen camino, pero él descubrió muy
pronto que era comunista. Eso malogró del todo su carrera religiosa, ya de por
sí poco prometedora, sobre todo desde que notó con desagrado el interés que
algunos sacerdotes ponían en sus partes pudendas.
Su primer trabajo como
escribidor, aparecido en una página del periódico del colegio, fue,
curiosamente, una necrológica, con lo que cabría decir que su carrera como
periodista ha resultado capicúa, singular circunstancia de la que muy pocos
podrían presumir, aún en el improbable caso de que lo pretendieran.
A los 15 años, hastiado
de las injusticias humanas –algunas de las cuales seguían teniendo como
referencia obsesiva los pechos femeninos–, decidió hacerse marxista-leninista.
Los años siguientes tuvo que emplearlos en averiguar qué era eso que acababa de
hacerse, a lo que contribuyeron decisivamente algunos esforzados miembros de la
Policía política franquista.
A partir de lo cual, se
dedicó con gran entusiasmo a cultivar el noble género del panfleto. Sin parar.
A diario. Año tras año. Fue cambiando de punto de residencia, no siempre por
voluntad propia –ahí merecen especial mención sus estancias carcelarias y su
exilio, primero en Burdeos, luego en París–, pero jamás varió su inquebrantable
afán de agitador político, que él pretendía haber adquirido, por absurdo que
parezca –y sea, de hecho–, en la lectura de
Los documentos póstumos del Club Pickwick, de don Carlos Dickens, y
de las Aventuras, inventos y
mixtificaciones de Silvestre Padarox, de don Pío Baroja.
Burdeos, París,
Barcelona, Madrid, Bilbao, Aigües, Santander... Recorrió incontables sitios y
holló innúmeros parajes sin parar de escribir, erre que erre. Zutik!, Servir al Pueblo, Saida, Liberación –y
Mar, y Mediterranean Magazine– y El Mundo, y una docena de libros, y
varias radios, y algunas televisiones... Por escribir, incluso escribió para
otros y otras, ejerciendo de negro en
momentos de particular penuria. También lo hizo a veces por amistad.
Movido por la lectura del
Selecciones de Reader’s Digest y
otras publicaciones estadounidenses tan aficionadas a ese género de
operaciones, un día decidió calcular cuántos kilómetros cubrirían sus escritos,
en el caso de colocarlos todos en una sola larguísima línea de cuerpo 12. El
resultado de la estimación fue concluyente: ocuparían la tira.
En materia de amores (de
la que sería injusto decir que careciera de alguna experiencia), también fue
capicúa. Decía que las mejores mujeres, las más cariñosas y las más nobles con
las que compartió sus días (sin desdeñar dogmáticamente a ninguna otra), le
resultaron la primera y la última. Aunque la favorita le apareciera por medio:
su hija Ane.
Y todo para acabar con
algo tan vulgar como la muerte. Por parada cardio-respiratoria, como queda
dicho. En fin, otro puesto de trabajo disponible. Algo es algo.
______
Javier
Ortiz, escritor
y columnista, nació
en Donostia-San Sebastián el 24 de enero de 1948 y murió ayer en Aigües
(Alicante), tras dejar escrito el presente obituario.
http://www.javierortiz.net/jor/apuntes/obituario
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Y, entre
otras muchas, esta declaración de principios:
Sueño con Jamaica
Sueño con Jamaica. Estoy sentado detrás de una mesa
negra, rodeado de papeles, delante de una pared de la que cuelgan fotografías
de desolación y soledad, entre proyectos de artículos y pilas de opinión que me
reclaman. Y estoy volando hacia Jamaica.
La pantalla de fósforo verde me mira adusta. Me está
pidiendo impaciente su ración cotidiana de formatos y de claves. Pero hoy –¿qué
me pasa?– sólo veo en ella reflejos de espuma blanca sobre un mar de azul
intenso. Un mar bajo el sol: bajo ese fiero sol de pasión que ilumina
eternamente el puerto de Kingston, en Jamaica.
Sueño con Jamaica. Jamaica es una isla (no sé por qué
os lo cuento, si ya lo sabéis); Jamaica es una isla primitiva, anárquica y
bellísima, con casas de hojalata que desembocan en largas playas de arena fina
y blanca. En Jamaica todo está por hacer, y uno puede vivir con la esperanza en
la punta de los dedos, pensando que todo es aún posible y que el futuro existe.
Y las gentes son sencillas, y sus sentimientos, espontáneos y directos, y hasta
los asesinos son capaces de explicar lo que hacen sin recurrir a teorías
sociológicas o sesudos estudios de mercado: matan –ya veis, qué cosas–, y matan
porque odian y porque aman, y esos es todo, y nadie le da más vueltas.
En Jamaica, el tiempo no cuenta apenas nada. La gente
es tranquila e impuntual, y muy pocos son los que admiten que les impongan una
cita: ellos quedan y, al final, aparecen, pero no miran el reloj ni se
preocupan por horarios.
Sueño con Jamaica, y en la Jamaica en la que yo sueño
nadie se levanta la voz, y el ruido es sólo algarabía callejera, y los policías
no dan miedo, aunque asusten un poco con los ruidosos piropos que lanzan a las
muchachas que circulan en bicicleta y a las que el aire levanta sus faldas de
mil colores.
Tal vez esa Jamaica en la que estoy soñando no
exista. Tal vez esto que os estoy contando sea sólo el fruto de películas y
carteles de turismo asomados a los escaparates de las agencias de viaje.
Nunca he estado en Jamaica, y es probable que nunca
la vea. Me da igual. Mejor que sea así.
Mi Jamaica, esta Jamaica en la que hoy sueño, me vale
porque es quimera, porque ocupa el espacio del no-aquí, porque me ayuda a
imaginar que podríamos ser otros.
Y sueño, y me voy a Jamaica para mejor sentir mi
distancia ante lo que veo: calles grises, gente triste. Y sueño con Jamaica
para reclamar de mi más alegría, para pensar que todos podemos romper con todo,
que somos capaces de no acudir puntuales a las citas, de reírnos de los
estudios sociológicos que explican la muerte, de creer que el porvenir que nos
espera no está condenado a ser de por vida un tiempo para el llanto.
Jamaica o muerte. Venceremos.
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(Publicado en El Mundo el 29 de diciembre de 1993)
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Tres tristes tercios
Desde hace meses, no pocos politólogos (de alguna
manera habrá que llamarnos) venimos insistiendo en que las próximas elecciones
europeas no van a decidir quién es capaz de gobernar mejor Europa, sino quién
podría hacerlo de una manera que fuera menos mala para cada votante que la de sus
adversarios. Es como si cada cual sólo pensara en el modo en el que las cosas
vayan a ir de la forma menos desastrosa posible: no de ninguna que pudiera ser
calificada de aceptablemente buena. Son los dos tercios que piensan: “Cualquier
cosa menos el PP”, o bien: “Cualquier cosa menos el PSOE”. El último tercio lo
forman quienes no se dan por concernidos. Dentro de éstos, unos se sienten
superiores, otros inferiores y otros indiferentes.
En realidad van a ser las elecciones europeas más
pueblerinas.
No hay una verdadera visión continental de lo que las
elecciones teóricamente pretenden. Hay, como puede verse, tres tercios, pero
ninguno está a la altura de las circunstancias.
Oigo y leo a Rajoy, Montoro y demás aspirantes a
regresar a la Moncloa que, si los socialistas siguen decidiendo sobre la
política económica europea, España se va a morir de inanición. Los de enfrente
responden tres cuartos de lo mismo aportando la misma cantidad y el mismo peso en
argumentación a la hora de apoyar sus palabras: ninguno.
Apuesto triple contra sencillo a que Mayor Oreja
seguirá con sus monografías sobre ETA, a que Jáuregui entrará al trapo y a que
a los demás no nos quedará sino aguantarlos a todos. A todos, salvo a nosotros
mismos que, por supuesto, seguiremos teniendo razón.
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(Publicado en Público
el 28 de abril de 2009)
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Espéranos
en Jamaica.
Remitente: ortiz.2009/04/28 06:00:00 GMT+2
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2009/04/27 06:00:00 GMT+2
A la hora de preparar la última
edición de su Diccionario panhispánico de
dudas, sus autores se tropezaron con una dificultad, entre muchas. La
lógica de la lengua cervantina empuja a considerar que el plural de “talibán”
ha de ser “talibanes”, pero lo cierto es que su plural real es “talibán”, a
secas.
Puestos a elegir, prefirieron llevar la contraria a la realidad lingüística de
la zona imponiéndonos un plural a la occidental: “talibanes”.
Ese modo de afrontar los problemas parece haber hecho fortuna a la hora de
encarar otros muchos aspectos de los conflictos que se suceden entre el
Pacífico y África. ¿Que tal o cual fenómeno, político, militar, religioso,
económico o social ofrece dificultades para ser tratado con los recursos
conceptuales propios del Primer Mundo? Prescinden de lo que tienen de singular
esos fenómenos autóctonos y los tratan como si fueran meras variantes de los
occidentales (nación, estado, unidad nacional, unidad étnica…).
¿En qué consiste la política internacional de los Estados Unidos para esas
extensas áreas del mundo que tanto nos cuestan entender? En algo que deriva en
que las fuerzas de los talibanes no están siendo frenadas, sino que se expanden
por un área que Washington se empeña en considerar que abarca a varios estados
diferentes, mientras que los insurgentes la ven como parte de una misma patria.
Ellos no luchan ni por Pakistán, ni por Afganistán, ni por la Ley coránica...
Lo hacen por el conjunto de todos estos elementos y bastantes más. Y no les
importa que su lucha no encaje en nuestros esquemas.
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(Publicado en Público el 27 de abril de 2009)
Remitente: ortiz.2009/04/27 06:00:00 GMT+2
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2009/04/26 06:00:00 GMT+2
Solía decir, con su habla
formalmente cansina aunque muy burlona de trasfondo, que él en realidad no
había cambiado gran cosa políticamente desde los años sesenta: “Te acuestas
siendo un triste socialdemócrata y, por la mañana, cuando te levantas, resulta
que te has convertido en un peligroso izquierdista. Como el tiempo trascurrido
te ha pillado en la cama y durmiendo, deduces que la metamorfosis no puede ser
cosa tuya, sino de los demás”.
Con esta breve e irónica digresión,
Vázquez-Montalbán ponía en solfa la creciente derechización de la
intelectualidad y de las clases cultas europeas, para quienes lo que ayer era
sensato ha acabado por convertirse en intolerable izquierdismo.
Es un fenómeno que vemos ya a todas
horas y en todas partes. Para estar en sintonía con las nuevas definiciones, la
una tiene que olvidarse de que aún lleva el carné de comunista en el bolso; el
liberal debe rechazar las actitudes realmente liberales en política para
adoptar métodos cada vez más autoritarios y semi-fascistas (el caso más
espectacular, el del gobierno francés y el propio Sarkozy) y para ser un
laborista con proyección tiene que disponer de una policía dispuesta a matar a
quien se mueva de la fila… Las etiquetas huyen a escape de los contenidos del
ayer. Todo el panorama político se ha desplazado de tal modo a la derecha que
quien dice algo muy semejante a lo que decía la víspera parece un peligro para
el funcionamiento actual de nuestras sociedades neoconservadoras.
Un fantasma recorre Europa: el del
encastillamiento de los poderosos.
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(Publicado en Público el 26 de abril de 2009)
Remitente: ortiz.2009/04/26 06:00:00 GMT+2
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2009/04/25 06:00:00 GMT+2
Todavía están estupefactos los
periodistas y políticos que acompañaron a la ministra de Defensa en su reciente
visita a la fragata Numancia, en el
puerto de Mombasa (Kenia). No pocos de ellos debían de tener a Rosa Díez por
una mujer sobria, entregada a su misión política, poco o nada preocupada por
cuestiones presuntuosas y no daban crédito a lo que veían sus ojos: una
especialista en el arte de empujar con los codos para mantenerse a la vera de Carme
Chacón mientras la prensa estuviera sacando fotos. Un punto de intriga: ¿para
qué llevaba la presidenta de UPyD una bolsa de viaje de tan importantes
dimensiones, cuando sólo iban a pasar un par de horas a bordo? Lo descubrieron
según fueron viendo el desfile por la pasarela.
Díez ha despertado las simpatías de
una fracción del electorado, pequeña pero significativa, que no ha dudado en
atribuirle virtudes muy por encima de las demostradas. Es gente que quería a
alguien que defendiera un españolismo no necesariamente de extrema derecha y ha
decidido que esa persona es ella. Lo cual nos lleva a la conclusión de que un
líder político puede ser persona de gran valía, pero apenas recibir la atención
del electorado, en tanto que otro lo mismo es un pequeño desastre con ínfulas
dictatoriales y pasar por una lumbrera. Conozco a bastante gente que ha tenido
relación laboral y política con ella y no acaba de valorarla como aquellos que
simpatizan con lo que dice pero no saben cómo lo hace.
¿Qué es mejor: aparentar y no ser,
o ser y no aparentar? Yo, al menos, lo tengo clarísimo.
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(Publicado en Público el 25 de abril de 2009)
Remitente: ortiz.2009/04/25 06:00:00 GMT+2
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2009/04/24 06:00:00 GMT+2
Ha sido como una de esas películas
policíacas en las que director y guionista se han puesto de acuerdo en que el
espectador esté perfectamente enterado de quién es el asesino desde el mismo
comienzo del filme, convencidos de que eso no quita fuerza a la trama. Supongo
que para nadie era un secreto que la recién dimitida alcaldesa de Córdoba, Rosa
Aguilar, se movía ya mucho más a gusto en las cercanías del PSOE que en las de
Izquierda Unida. La cuestión no era entonces saber cómo acabaría, sino qué
clase de recorrido le valdría para llegar hasta Zapatero sin ser tildada por
ello de tránsfuga. Para lo uno, le ha bastado con alegar que no hay puesto más
glorioso que el de alcalde (o alcaldesa) de tu ciudad. Para lo otro, con
cambiar la alcaldía por una consejería de primer rango. El resultado es el
mismo, pero como más vistoso.
Lo que ha quedado con mucho más
impresentable es haber establecido su nuevo rumbo político apoyando la
formación de un gobierno autonómico contra el que había votado poco antes su
propio partido. Con separaciones así de amistosas, las bofetadas no hacen falta
para nada.
Pero se veía venir. En la propia
Córdoba, bastantes de los electores de IU venían hablando desde hace años con
muy escasa consideración hacia su persona, hacia sus simpatías por Rosa Díez,
El Foro de Ermua y hacia los políticos “de orden”. Aunque con todo ello haya
acabado por dilapidar por completo el legado que Anguita le dejó en herencia:
un manual de cómo establecer una línea de izquierda local a la vez combativa y
factible.
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(Publicado en Público el 24 de abril de 2009)
Remitente: ortiz.2009/04/24 06:00:00 GMT+2
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2009/04/23 06:00:00 GMT+2
No he tenido mucho trato personal con el escritor,
periodista y dibujante uruguayo Eduardo Galeano, pero los escritos dan para
bastante y un par de cenas con sobremesas afortunadas, una de ellas en grupo,
acompañados de buenos amigos, otra más privada, animan a descartar o confirmar
ideas previas. Mi idea previa sobre Galeano me hablaba de un muy buen escritor,
imaginativo, irónico, con ganas de meter “el dedo en la llaga” de cualquiera de
los asuntos a los que se refiere, sea oralmente (¡qué voz, qué envidia!), sea
por escrito, pero sin tomarse nunca demasiado en serio a sí mismo, que bastante
serias son las cosas que andan sueltas por la vida.
He asistido divertido a la peripecia del regalo que Chávez
hizo a Barack Obama de un ejemplar de “Las venas abiertas de América Latina”.
La fotografía de Obama con el libro de Galeano en ristre ha dado la vuelta al
mundo. Me imagino la sonrisa maliciosa de Eduardo al enterarse de que la
versión inglesa de la obra pasó de puestos bajísimos en el ranking de ventas de
Amazon.com a ostentar uno de los primeros. Curioso, tratándose de un libro que
fue publicado en 1971. “Pues tanto mejor. Contribuye a una enorme difusión del
libro entre el público de habla inglesa, que sabe muy poco sobre esas verdades
como puños”, habrá pensado. Y con razón.
No han faltado los que se han referido a “Las venas…”
como un libro victimista. Es falso. No hay victimismo en reconocer quién es el
depredador y quién el depredado. Galeano tampoco ha pretendido nunca convertir
a los depredados en héroes.
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(Publicado en Público el 23 de abril de 2009)
Remitente: ortiz.2009/04/23 06:00:00 GMT+2
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2009/04/22 06:00:00 GMT+2
“Y, bueno, al final ¿qué opinión tienes de Barack
Obama?”, me preguntan. “Aún me faltan datos”, insisto. “Ah, ya: lo de los 100
días”. “No, con algunos te basta y te sobra con la mitad de ese tiempo para
emitir un juicio político sobre sus capacidades. Obama es diferente”.
Odio el mecanicismo vulgar según el cual tanto da
este o el otro presidente de los Estados Unidos: se supone que todos obedecen
con el mismo entusiasmo a los mismos señores. Pero el sentido común y la propia
Historia indican lo contrario. Hay determinadas opciones, ciertas posibilidades
de imprimir a la acción política un sello personal. En definitiva, que Obama no
es Bush, ni abuelo, ni padre, ni hijo, ni hermano. ¿Qué es, en concreto? Tenemos
datos parciales: es simpático, atractivo, accesible, con sentido del humor; ha
decidido relajar algunos de los puntos de más alta tensión anti-Washington,
dentro de ciertos límites… Además, sabe jugar a los puntos de equilibrio. ¿Que
no consigue la firma de un papel ideado por él? Pues lo deja a medias, poniendo
cara de perfecta felicidad. Claro que es también el presidente que va a
boicotear la Conferencia Mundial contra el Racismo, el que se ha comprometido
más a fondo en la Guerra de Afganistán, el que apoya casi incondicionalmente a
Israel…
Tiempo habrá para hacer cuentas. Algún presidente
norteamericano ha llegado a ser asesinado por diferencias parciales en el seno
de la clase dominante del gigante del norte.
Estábamos demasiado hechos a presidentes (tipo Reagan
o Ford), de escasas luces y espíritu de marionetas.
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(Publicado en Público el 22 de abril de 2009)
Remitente: ortiz.2009/04/22 06:00:00 GMT+2
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2009/04/21 06:00:00 GMT+2
En general, puede decirse que entre la Organisation de l'Armée Secrète (OAS) y ETA
no hay ningún parecido. La OAS nació en 1961 para rebelarse contra la independencia
de Argelia; ETA, un poco después para buscar la independencia de Euskadi. En la
OAS había bastantes militares y elementos destacadamente fascistas; los
militantes de ETA se consideraban (y siguen considerándose) radicales de
izquierda. Sólo hay algún punto en el que ambos fenómenos terroristas llegaron
a alcanzar cierto parecido: los dos acabaron por estar tan infiltrados, tan identificados
y tan marcados por las fuerzas especializadas de sus respectivos regímenes que,
en la práctica, o bien los pillaban antes de efectuar sus acciones violentas o
bien poco después de cometerlas.
El grado de
desesperación de los dirigentes de la OAS llegó al punto de renunciar a
utilizar los recursos de su propia organización, esconderse bajo siete llaves y
contratar la realización de actos terroristas a profesionales del crimen.
Ignoro por dónde saldrá ETA, pero ya para estas alturas debe de ser consciente
de que su propia estructura ofrece más agujeros que un colador, y no por
imprudencia, ni por desconocimiento de las normas de clandestinidad, sino
sencillamente porque los de enfrente lo tienen mejor montado y son capaces de
seguirles la pista durante todo un año, si hace falta.
Lo mejor que
podrían hacer sería emprender otro rumbo. Pero eso es algo para lo que ya
tuvieron momentos más propicios y los boicotearon negándose a afrontar en serio
–ellos también– las conversaciones de paz.
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(Publicado en Público el 21 de abril de 2009)
Remitente: ortiz.2009/04/21 06:00:00 GMT+2
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