Llegaron los repescados y se armó, pese a que por el momento los mantienen en el loft. Tras meses de buenrollismo y diplomacia llevada al extremo, parece que la repesca ha sido el detonante que necesitaba Gran Hermano para añadir algo de drama a las tramas del reality, que ya andaba necesitado.
El punto de inflexión a toda la historia fue el encuentro entre Igor y Sonia en el confesionario de Gran Hermano, donde el donostiarra aseguró a la Dra. Walls sentirse muy decepcionado con ella, por los vídeos vistos tras su salida de la casa, con los que se dio cuenta de que la canaria le daba una cara y luego opinaba de forma distinta a sus espaldas. Todo fue muy correcto por parte de Igor en ese encuentro: dijo las cosas a la cara y en ningún momento recurrió a las malas formas.
Sin embargo, si nos atenemos a la reacción de Sonia durante estos días, llorando desconsolada y tergiversando la conversación mantenida con el jugador de hockey cuando la transcribía para sus compañeros de Gran Hermano, más bien parece que Igor la hubiese maltratado verbal y físicamente. Sin embargo, ahí queda el vídeo, y en algún momento todos los concursantes verán cómo fue aquella conversación en realidad.
Mientras, Sonia se ha dedicado a demonizar a Igor frente a sus compañeros. Se nota que teme que el donostiarra pueda regresar a la casa de Gran Hermano, y puede que también sea consciente de que el vasco lleva razón en todo este asunto, por lo que ha estado intentando hacer frente común contra él. Kristian, Desi y los gemelos ya están ganados para su causa, y también ha intentado arrastrar a Raki, gran amiga de Igor en la casa, que se encuentra entre la espada y la pared.
Visitas de los repescados
Durante el fin de semana, algunos de los repescados han tenido la ocasión de pasar tiempo con sus ex y posibles futuros compañeros. La primera fue Miriam, que llegó con el bidón de gasolina y el mechero para terminar de incendiar el ambiente en la casa. Además de dar muchísima información del exterior, lo que obligó al Súper a finalizar la visita antes de tiempo, avisó a Sonia de que «Igor viene con malas intenciones. A mí me ha hecho mucho daño fuera y ha entrado para meter mal rollo». La intención de Miriam es «ir a muerte a por él. Si él va a hacer lo que le dé la gana, yo también», aseguraba. Está claro que quería animar y defender a su amiga Sonia, pero el efecto conseguido fue el contrario, ya que tras la conversación con la titánica, se quedó más hundida todavía, y el ambiente en la casa aun se enrareció mas.
Mientras seguía el juicio sumarísimo a Igor en la casa, llegó la visita de Juan Carlos, que no aportó más que la lógica alegria de sus amigos. Sin embargo, la actuación de Giuls sí fue determinante. Ya antes le había dado a Miriam un baño de realidad. Tras asegurar esta que está «cagada por Sonia porque le influyen las cosas y lleva dos días llorando por él. No voy a cosentir que la pisotée y la machaque psicológicamente», la contestación de la ibicenca fue: «Esto es Gran Hermano, y si tienen que discutir lo harán y ya está...A mí me da pena Igor porque le quiero mucho y no está pasando un buen momento».
Ya en la casa oficial, Giuls aseguró a Raki que la versión de Miriam sobre Igor poco tenía que ver con la realidad; Susana le aseguró que iba a esperar a ver qué dice él, que ella no cree que él sea un «ogro». A Sonia, por su parte le recordó que hay cosas que pueden sentar muy mal. En resumen, devolvió un poco de realidad a la casa tras dos días fuera de órbita. La visita de Dodo a la casa se ha producido esta misma mañana, aunque en su caso no se ha querido mojar y todo ha sido buen rollo.
Por tanto, ya solo queda lo más esperado tanto por los concursantes como por la audiencia: la visita de Igor a la casa, y sus encuentros con Sonia, Kristian, Raki, los gemelos...La entrada del donostiarra promete dar mucho que hablar, por lo que es muy probable que tenga lugar esta misma tarde, para exprimirla bien por la noche en El Debate.