¿Y ahora qué ocurre con Miribilla?

Vista exterior del Bilbao Arena./Ignacio Pérez.
Vista exterior del Bilbao Arena. / Ignacio Pérez.

El Bilbao Arena deberá potenciar su multifuncionalidad si se produce la desaparición de la franquicia de negro

J.M. MALLO

El descenso del RETAbet a la Liga LEB Oro pone en riesgo la continuidad de un proyecto que saltó a la ACB en 2004 y, desde entonces, ha alcanzado una serie de picos, como la final de la Liga Endesa en 2011, esa temporada en la que se quedó a las puertas de la Final Four de la Euroliga, o la final agria final de Charleroi, en 2013. Recordó el domingo Javi Salgado ese proceso de ascenso, de asentamiento, de la escuadra de los hombres de negro, y el tirón entre la afición. «De los 500 de La Casilla, a llenar el BEC, Miribilla...». Después de esta reflexión surge una cuestión: ¿Y qué ocurrirá ahora con el Bilbao Arena si no se surge un milagro en los despachos –que el otro ascendido de la LEB Oro no tenga dinero para conseguir el salto de categoría–, se produce la extinción de la entidad, o tiene que salir en una categoría menor?

De momento, las instituciones aún deben plantearse la cuestión sobre el futuro de este recinto que tenía como principal misión ser el hogar de esta escuadra. Algo similar a lo que ocurrió en el verano de 2014, cuando el Bilbao Basket fue excluido de la Liga ACB y todo apuntaba a una defunción. Han pasado solo 36 horas, y todas las partes implicadas solicitan tiempo, no tener prisa, para conocer el futuro de un recinto obra de los arquitectos de Idom Javier Pérez y Nicolás Espinosa. Costó 37 millones de euros, aportados por la Diputación y el Ayuntamiento de Bilbao y que, además de la cancha, cuenta con una piscina cubierta y un polideportivo municipal.

Conciertos, mítines...

Parece complicado que, si continúa su camino en la LEB Oro, el cuadro vizcaíno mantenga el Bilbao Arena –ése es el nombre oficial– como recinto de juego, ya que, a priori, el número de espectadores descenderá. Aunque no se descarta esta opción. Si desaparece, la opción sería potenciar la multifuncionalidad de este recinto que, en 2011, logró el premio al «edificio del año» como centro deportivo.

37 millones costó el pabellón, abonados entre el Ayuntamiento y la Diputación

Se trata, en este sentido, de una instalación flexible, con capacidad para acoger conciertos, actos políticos, reuniones sindicales, la celebración del final del Ramadán, un Mundial de bádminton, otro de baloncesto Sub«20, el torneo de tenis de Bilbao... De hecho, en 2014, fuentes del Ayuntamiento indicaron que el calendario de partidos y entrenamientos actuaban como una especie de freno para desarrollar otro tipo de eventos. »La demanda del Bilbao Basket, que evitaba una mayor utilización por otro tipo de actividades. Ahora daremos cabida a la actividades que estaban demandando para el Bilbao Arena«, se dijo hace cuatro años.

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