El museo Oiasso acoge este viernes la entrega de premios y ceremonia de clausura del Festival Internacional de Cine Arqueológico del Bidasoa. Culmina así una XII edición cuya celebración ha estado en el aire, pero la suma de esfuerzos ha posibilitado llegar hasta aquí. Mertxe Urteaga, directora del FICAB y del Museo Oiasso repasa el camino ya recorrido por el festival y sus perspectivas de futuro.
-En la presentación del FICAB aseguró que poder celebrarlo ya era un éxito. Ha sido complicado llegar hasta aquí, ¿verdad?
-Sabíamos que iba a haber una reducción importante del presupuesto, y ante esa situación ya contábamos con que el FICAB que habíamos hecho en otras ediciones era irrepetible este año. Hay que recordar que en la última edición se presentaron más de treinta películas, teníamos dos secciones... El resultado fue algo muy potente. Habíamos ido creciendo a ritmo acelerado y el formato del año pasado fue un auténtico lujo. Este año, sabiendo que el presupuesto se reducía, fuimos eliminando cosas. Pero ha habido cambios en la forma en que se accedía a las subvenciones, y nos encontramos con que el trámite administrativo no pudo adecuarse y se nos cerraba esa vía. Además, llegó otra reducción presupuestaria y prácticamente nos quedamos sin alternativa. Pero creíamos que había que sacar adelante el festival como fuera, así que nos pusimos a buscar financiación privada.
-Y al final se consiguió.
-El patrocinio privado se ha hecho prácticamente cargo del aspecto competitivo del festival: los premios, etcétera. In extremis, lo hemos conseguido. No nos podíamos permitir el lujo de perder el FICAB, porque si no lo hacíamos este año, quién sabe si lo hubiéramos podido recuperar. El Ayuntamiento, Arkeolan, el Museo Oiasso y ese 'club de fans' que tiene la arqueología en Irun, y que se ha ido creando en los últimos años... Todos considerábamos que era prioritario sacarlo adelante.
-Aunque la cantidad de películas que se exhiben en esta edición sea menor, la calidad no ha decrecido.
-No. En su proporción, la calidad es la misma que ha tenido el FICAB otros años. Hay grandes producciones y mantenemos el carácter divulgativo y el rigor, que es uno de nuestros criterios al seleccionar las películas. Por ejemplo, si se elige una sobre una excavación, ésta tiene que estar bien hecha y según los principios metodológicos más rigurosos.
-¿Cuál cree que es el mayor valor que este festival aporta a Irun?
-Es el único festival de este tipo que hay en el Estado. Y en Europa hay diez de esta categoría. La feria Tarraco Viva tiene una sección compuesta por los documentales de nuestro festival, el Museo de Arqueología de Cataluña acoge estos meses un ciclo de cine que se ha organizado contando con las películas premiadas en el FICAB... Esta iniciativa coloca a Irun en un mapa muy selecto. Es una seña de identidad en el panorama europeo. Irun puede destacar por muchas cosas, y una de ellas es la relación que tiene con el mundo arqueológico y romano.
-¿Qué futuro le augura al FICAB?
-Creo que ya estamos todos convencidos de la obligación de organizarlo. Tenemos que estar prevenidos frente a las circunstancias que este año han puesto en peligro la organización de la XII edición. Con la experiencia, todos los que estamos involucrados en este proyecto lo tenemos más claro, y el año que viene lo conseguiremos también. Esa indefinición en la que estuvimos durante meses, y que también fue un gran obstáculo, ya no la vamos a tener: desde el primer momento nos vamos a poner a sacarlo adelante como sea. El público que tiene este festival se lo merece.